¿Miley?¿Eres tu?(MileyC)

Ahí estaba yo, solo, en medio de la solitaria y oscura playa de Los Ángeles. Con guitarra sobre los hombros y mirada perdida en mis ojos, andando y andando sin saber a donde ir, observando aquel horizonte oscuro y dejando tras de mí huellas sobre la arena húmeda de aquella orilla.
Simplemente quería alejarme de mis hermanos, de mis amigos y de las personas más cercanas a mí. Tan solo yo, mi guitarra y el viento el cual se había empeñado en jugar con todos y cada uno de mis despeinados rizos. Quería pensar, quería dedicar mi tiempo tan solo por unos minutos a pensar en lo que me había ocurrido en este último tiempo. Lo que nos había ocurrido. Lo que yo solo había buscado, armado y estropeado. Aquello por lo cual sufría cada noche o cada mañana. Aquello por lo que tanto había luchado y aquello que tanto me había costado admitir durante mi adolescencia. Miley, Miley Cyrus. Mis sentimientos, los de ella y ahora ya, nuestra pasada relación. Todo aquello nos había dejado una vez más en una relación un tanto complicada, ¿odio?¿rencor?¿malestar?¿enfadado?. ¿Cómo tenía que actuar ahora?¿Que tenía que hacer?¿Recuperarla? No podía, no volvería a ser lo mismo. No hacía más que lastimarla, una y otra vez, una y otra vez por lo que ya era hora de parar aquello lo cual parecía no tener fin. Me costaba decirlo pero…me estaba convirtiendo en Joe. Mi hermano mayor siempre había sido famoso por romper corazones, por dejar lastimadas a todas las muchachas con las cual había estado. Demi, un claro ejemplo. No quería ser él, no quería volver a lastimarla. De una u otra forma no había pasado así, no había otra en mi vida. Tan solo la tenía a ella, simplemente ella. Lo cual me dolía más y más esa situación.

(…)

No tuve más opción que abrir los ojos de forma considerable y con rastro de sorpresa al ver una silueta extremadamente conocida. ¿Miley?¿Que hacía en aquel lugar?¿Y a esa hora?. Cosas la cual me preguntaba así que por impulso y por no escuchar los consejos racionales que pasaban por mi cabeza en ese instante corrí dirección a ella, intentando que una vez más la muchacha no se me escapara - ¿Miley? – pregunté girando a la chica, a mi sorpresa la castaña respondió con total sorpresa. No, no era ella. – Lo siento – me apresuré a disculparme. Así que no tuve más remedio que sacar una foto con la joven. Para nuevamente volver a mi camino anterior, sin hacerme más meras ilusiones o simplemente a cuestionar mi estado mental. ¿Cómo poder confundirla de esa manera?. Hubiera deseado encontrarla allí. Nuevamente mi cabeza volvía a divagar, a perderse en el gran y profundo tema de la joven Cyrus. Miley, Miley y...¿Un perro?. Me había cruzado con un pequeño perro que no hacía más que afilar sus dientes con los bajos de mis pantalones llenos de arena, el chucho tan solo quería juguetear así que movía mi pierna de forma graciosa provocando que este clavara con mucha más fuerza sus dientes sobre mi tela vaquera.